MAYO
OBJETIVO DE LA LECCIÓN: NO TENER VERGÜENZA DE LA
FE.
OBJETIVO: Enseñarles a los niños a
asumir su fe, aun cuando todo parece estar perdido, como en el caso de DANIEL
EN LA CUEVA DE LOS LEONES.
Dios
honra la fe y da una salida sobrenatural.
LECCIÓN
ASUMÍ
TU FE
“Cuando
Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las
ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al
día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.”
Daniel 6:10
El
rey quería mucho a Daniel y lo puso como uno de los tres presidentes que
cuidaban el reino.
A
su cargo había 120 sátrapas, que eran como gobernadores.
Algunos
de esos presidentes y sátrapas tuvieron envidia y comenzaron a perseguir a Daniel
porque tenía un espíritu excelente, hacía todo mucho mejor que los demás, se
esforzaba más y el rey lo quería más por ese motivo. Esos envidiosos querían
sacarle el poder a Daniel, pero, como él no hacía nada incorrecto, decidieron inventar
algo para perjudicarlo.
Entonces,
supieron que Daniel oraba tres veces al día.
Aquel
era un reino que no tenía nada de Dios, las personas adoraban a otros dioses y
no era normal que alguien tuviera un solo Dios.
Es
como hoy en día, las personas tienen varias religiones, muchos adoran a varios
otros dioses, santos y entidades y no entienden a alguien que tiene la fe en un
solo Dios.
Así,
convencieron al rey de firmar un escrito decretando que todo aquel que hiciera
peticiones a cualquier dios o persona que no sea el rey sería lanzado a la
cueva de los leones.
Daniel
se enteró de ese decreto, pero, aun así continuó haciendo sus oraciones.
Claro
que Daniel tuvo miedo.
Todo
ser humano tiene miedo.
Él
podría haberse escondido o haber dejado de orar y negar su fe.
Pero,
Dios nos da fuerzas para enfrentar el miedo, inclusive cuando todo parece estar
perdido.
Con
certeza, Daniel le tenía miedo a los leones (¿quién no tendría?), pero él tenía
algo mucho más fuerte que su miedo, su fe en el Dios al que él servía.
Esa
fe le daba la confianza “no importa lo que ocurra, vale la pena asumir la fe en
mi Dios.
El
rey tuvo que lanzar a Daniel en la cueva de los leones y pasó la noche
despierto, angustiado por lo que había sido obligado a hacer.
A
la mañana siguiente, el rey fue a la cueva y, con voz triste, preguntó:
“Daniel,
¡siervo del Dios Vivo! ¿Acaso tu Dios, a quien tú continuamente sirves, pudo
librarte de los leones?
Él
no esperaba respuesta, pero su corazón disparó cuando oyó la voz de Daniel,
contando que Dios envió a un ángel y cerró la boca de los leones, porque vio
que él era inocente.
Dios honró la fe de Daniel
Entonces,
el rey se puso muy feliz, sacó a Daniel de allá y ordenó lanzar a la cueva a
los sátrapas y a los príncipes envidiosos que habían tramado en su contra. Los
leones se devoraron a todos, antes de que llegaran al fondo de la cueva. Pero
Daniel no solo fue honrado por el rey, el Dios de Daniel también fue
reconocido.
El
rey escribió: “De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de
mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque Él
es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y Su reino no será jamás
destruido, y Su dominio perdurará hasta el fin. Él salva y libra, y hace
señales y maravillas en el Cielo y en la Tierra; Él ha librado a Daniel del
poder de los leones.” (Daniel 6:25-27)
Observá
cómo valió la pena que Daniel asumiera su fe frente a todos aquellos que
hablaban mal de él. Hoy encontramos a muchas personas que hablan mal de la
iglesia, nos critican, nos ridiculizan y nos persiguen cuando decimos que
buscamos a Dios y que vamos a la Universal.
Las
personas no conocen, pero como oyen mentiras en contra de la iglesia y en
contra de Dios hace muchos años, toman aquellas mentiras como si fueran
verdades y las usan para hacer bullying contra nosotros.
¿Cómo
actuar frente a las persecuciones? Jesús dijo:
“Bienaventurados
sois cuando por Mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal
contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es
grande en los Cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes
de vosotros.” (Mateo 5:11-12)
Quiere
decir que si sos perseguido, insultado y calumniado por seguir a Jesús, debés
considerarte feliz, porque una gran recompensa está guardada en el Cielo para
vos.
Y,
como la historia de Daniel deja bien claro, la recompensa no es solo en el
Cielo. Dios honra la fe y da un libramiento sobrenatural. Si te mantenés firme
en tu fe, todo el mundo va a ver que sos de Dios.
En
el momento, podés incluso tener vergüenza, pero si mantenés tu confianza, Dios
va a defenderte, y más tarde, serás honrado. Mirá lo que Él dice: “…Yo honraré
a los que Me honran, y los que Me desprecian serán tenidos en poco.” (1Samuel
2:30).
Si
honrás a Dios, más tarde o más temprano serás honrado.
No
desprecies a Dios y no te escondas.
Daniel
no se escondió porque sabía que no estaba haciendo nada incorrecto.
Vos
tampoco estás haciendo nada incorrecto siendo de Dios y creyendo en la Palabra
de Dios.
Al
contrario, el mundo es el que está patas para arriba.
Es
como si nosotros formáramos parte de un grupo de resistencia mientras los
delincuentes, que son los demonios, dominan el mundo. Esos demonios son
espíritus que se aprovechan de la infelicidad de las personas que no conocen a
Dios y las usan para perseguir a aquellos que son de Dios.
Quien te persigue no está bien.
Aquellos
que te persiguen son justamente los que no están bien. Generalmente, esas
personas viven mal en su casa y son infelices. Cuando notan que sos feliz, se
sienten atacadas, porque es como si, debido a que ellas no son felices, nadie
más pudiera serlo. Ellas no piensan en actuar así, es una reacción de las
emociones.
Sienten
como si hubieran sido atacadas, por eso atacan. En el fondo, están vacías e
infelices. No merecen tu enojo. Esas personas son usadas por el mal para hacer
que te pongas triste, pero podés luchar contra eso orando por ellas y
tratándolas bien.
No
tengas vergüenza de tu fe. No tengas miedo de asumir quién sos. Dios libró a
Daniel de la cueva de los leones. Tu escuela, tu barrio y tu familia no son
peores que un pozo lleno de leones hambrientos, ¿no? La valentía de Daniel no
venía de su falta de miedo, sino de su confianza en Dios.
¿Recordás
que el mes pasado dijimos que Dios está en todos lados, que sabe todas las cosas
y que tiene todo el Poder?
¿Y
recordás que dijimos que cuando tenemos un pacto con Él, tenemos a ese Dios
Todopoderoso de nuestro lado y que necesitamos buscar nacer de nuevo para
transformar nuestro corazón y tener nuestras voluntades parecidas a Su
voluntad?
Pues
es justamente eso lo que hace que tengamos esa profunda confianza en Dios,
capaz de hacernos enfrentar cualquier tipo de dificultad con mucho coraje.
Defendé tu derecho de servir a Dios
Sabemos
que tenemos nuestra vida en Sus manos y que Él va a ayudarnos a salir de cualquier
situación difícil. Él nos da la valentía para enfrentar cualquier amenaza, para
asumir nuestra fe y para mantener nuestro comportamiento. No necesitás defender
a Dios ni a la iglesia, pero podés defender tu fe, manteniendo tu derecho de
servir a tu Dios.
¿Recordás
también que en los primeros meses del año hablamos sobre el valor de la
obediencia y de cómo obedecer a Dios, y que respetarlo nos protege y nos acerca
a Él?
Eso
es lo más importante en tu vida. Hablamos también del amor de Dios y de que Él
pagó un alto precio por tu rescate. Vale la pena enfrentar lo que sea necesario
para mantenerse al lado de este Dios.
Era
eso lo que Daniel sabía.
Y
fue eso lo que hizo que él no se escondiera.
Valdría
la pena incluso caer en un pozo lleno de leones hambrientos.
Nadie
haría eso por alguien que no lo merezca, ¿no es cierto?
Si
Daniel pensó que su relación con Dios valía ese sacrificio, entonces es porque
lo vale realmente
Si
no tenés esa relación con Dios, vale la pena buscarla.
¡Es
lo más maravilloso que existe en el mundo.
CONCLUSIÓN:
Cuando
confiamos en Dios y andamos en Sus caminos, vale la pena enfrentar cualquier
cosa, cualquier amenaza y cualquier persecución. ¡Mantené firme tu fe!
Observaciones
para las tías:
Hacerles
preguntas a los niños (las que colocamos a continuación son sugerencias que
pueden ser usadas, pero la tía que conoce a los niños y está con ellos en el
momento de la clase, puede – y debe – crear sus propias preguntas, relacionadas
al tema para interactuar mejor con ellos y hacerlos pensar, aplicando su propia
vida a lo que oyeron).
Pedir
testimonios relacionados al tema (es importante que los niños vean el resultado
de lo que ha sido predicado. Así como el pastor muestra los testimonios de
transformación de vida, es importante que la tía muestre también testimonios.
Converse con los niños y vea lo que esas enseñanzas han hecho en sus vidas.
Usted se sorprenderá y el Espíritu Santo orientará su trabajo).
Preguntas:
1-
¿Qué es la fe?
2-
¿Asumiste la fe sin restricciones?
3-
¿Lograste vencer al miedo, dominándolo a través de la Fe?
Tías-Educadoras y
Consejeros: Comparen las respuestas de los niños y los Teens según el ejemplo
de respuestas que ponemos a continuación.
Mejor
Respuesta
1-
Es la certeza sobre cosas que se esperan y la convicción sobre los hechos que
se ven.
2-
Sí, lanzándome en Sus brazos con todo mi ser.
3-
Experiencia propia sobre el miedo.
¿Cómo
lidiás con el bullying?
¿Quién
tenía dificultad de lidiar con el bullying y, después de que oyó, logró lidiar
de otra forma?
¿Qué
cambió? (Esa pregunta debe hacerse a lo largo del mes, después de que el niño
ya ha asistido a algunas clases del tema.)
Nota:
Interactuar con los niños y los Teens, según las respuestas. Pedirle dirección
al Espíritu Santo.
Los
temas son mensuales, pero las tías y los consejeros deben enriquecerlos con
ejemplos diariamente.
Frases clave para conducir la clase de los niños menores:
Daniel
en la cueva de los leones.
Daniel
se enteró de la orden del rey, pero no se escondió.
Dios
da fuerza para enfrentar el miedo.
Dios
honró la fe de Daniel.
Las
personas no nos conocen y hablan mal porque vamos a la iglesia.
Una
recompensa está guardada para vos.
Dios
defiende a quien no se esconde.
El
mundo está patas para arriba.
Luchamos
contra bandidos espirituales llamados demonios.
Quien
te persigue no está bien.
Orá
por quien te persigue.
No
tengas vergüenza de tu fe.
La
valentía de Daniel venía de la confianza en Dios.
Defendé
tu derecho de servir a Dios.
Vale
la pena enfrentar lo que sea necesario para mantenerse junto a este Dios
maravilloso.
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