La sugerencia es muy simple como aplicación para la sala.
Coloque dos vasos, uno que sea limpio y el otro sucio:
Y la pregunta es hecha a los alumnos.
Donde puedo tomar agua?
Es evidente que la respuesta será, en el vaso limpio.
Y
con este ejemplo simple vamos a llevarlos a entender de la necesidad de
estar limpios para que el Espíritu Santo pueda habitar en nosotros.
La
idea de colocar adelante un niño o niña es justamente para que
entiendan que nosotros somos el vaso que recibe el Espiritu Santo.
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